Fuente: Revista YATE  Mayo 1995 Nº 344

Las maniobras del match-race son enfebrecidas, extremadamente rápidas y de un significado que la mayoría de veces se escapa al observador, pues no sólo se juega al limite del reglamento sino que se hace con tal sutileza e inteligencia que las maniobras más geniales pueden parecer absurdas. Un análisis detallado de las situaciones tácticas más peculiares del match-race es la mejor forma de comprender esta apasionante modalidad de regatas.

Por:  Santi Serrat

Llevado definitivamente a la fama por la Copa América, el match-race ha ido abriéndose camino como una de las modalidades de regata más populares; si por "popular" se entiende la vocación de dar espectáculo al público. Precisamente fue concebido con esta finalidad: crear un sistema de regatas cortas, emocionantes y realizadas muy cerca de la costa, para que puedan ser seguidas por el público con la ayuda de un locutor.

Con un sistema de clasificación basado en la liguilla (todos contra todos) y en las clásicas eliminatorias de semifinales y finales. Superados estos requisitos y una vez el circuito internacional iba tornando cuerpo auspiciado por la IYRU, el match-race fue captando a las grandes figuras de la vela que en poco tiempo se fueron convirtiendo en especialistas. Esta progresiva especialización fue destilando, sin embargo, una auténtica mutación del concepto de regata tradicional. En la lucha cerrada barco contra barco, los patrones llevan al límite el reglamento, sacando a relucir una agresividad inaudita en las regatas tradicionales de flota.

A medida que estas batallas iban tomando cuerpo, paso a paso, el reglamento se fue revisando, especialmente en lo concerniente a las reglas que regulan los abordajes, el derecho de paso y las limitaciones a la alteración del rumbo debido y se añadieron otras referentes a la utilización de árbitros en el agua y al uso de las penalizaciones.